Sigue la indecente escoria, para no perder la costumbre, mintiendo, difamando, lanzando basura en un tan desesperado, como inútil, esfuerzo de seguir confundiendo con el ridículo y único testimonio de su estúpida y farragosa verborrea, es decir con el nulo crédito de sus palabra, intentando con tan paupérrimo bagaje que algún descerebrado, a su imagen y semejanza, de más verosimilitud a sus inconsistentes embustes que a las pruebas documentales y fehacientes que se han ido exhibiendo. Puede, desde luego, hacer lo que le venga en gana; cuanto más intente seguir por ese camino mas muestras irá dejando de su trastornada personalidad y cargando de razón a quienes pensamos que su código de conducta se rige, aunque ésto ultimo parezca un eufemismo, en función de una serie de proyecciones, algunas de las cuales ya hemos visto y analizado en capítulos anteriores. Ahora, en un último arrebato que le delata se ha liado a presentar una serie de denuncias ante diversos medios de comunicación y Ayuntamientos, llegando incluso hasta la Fiscalía Anticorrupción, ¡quién y él, manda huevos!, y amenaza con presentar más si se sigue dejándole con el culo al aire.
Comentan los que le conocen que, en el fondo, puede que no dejen de ser más que reminiscencias de su tortuoso pasado en la época en la que agonizaban los sindicatos verticales del franquismo, donde una serie de gentuza de la peor calaña conseguía infiltrarse en organizaciones sindicales democráticas, ilegalizadas por el régimen fascista, para delatar y denunciar a sus militantes. Ser un chivato, hablando en plata, un chota de la peor especie, de los que luchan contra los de su propia clase a cambio de medrar dentro del aparato o de obtener alguna mísera prebenda. Yo, sin poder afirmar ni negar nada de todo ésto, porque repito que no conozco afortunadamente a este fulano y tengo que atenerme a lo que me cuentan algunas gentes que han tenido la desgracia de tratarlo, sin embargo creo que, ateniéndonos a la definición de proyecciones dada por Echegoyen, si puede tener visos de ser real. No olvidemos que es lo mismo de lo que acusa a Marcelo Fortín, persona honrada y decente a carta cabal, en el que el reventa psicópata ha centrado, como ya se ha podido comprobar, obsesivamente numerosas de esas proyecciones. Éso, su forma de reaccionar en este momento y que posiblemente fue un hábito adquirido en la infancia, y que al no madurar su oligofrénico cerebro continúa estando presente en sus miserables planteamientos, dan pie para que la teoría sea bastante sostenible. Y es que esas denuncias y esas amenazas en el torpe lenguaje de esta acémila iletrada se podían traducir en otro lenguaje, cierto que infantiloide aunque el tonto del culo no sea ajeno a él, en algo más o menos similar a: Y si no me dejáis hacer trampas en el recreo y que os mangue la merienda, me dais collejas cada vez que os enteráis que he falsificado las notas y, encima, no vais a dejar que os copie en los exámenes, iré y me chivaré y se lo contaré todo a la “seño”. ¡Os vais a enterar!.
Ahora, inmerso en una especie de antológica diarrea mental, no se le ha ocurrido mejor idiotez y más irrisorio argumento, para continuar negando la evidencia, que esgrimir que unos documentos cuyos enlaces en Internet están al alcance de todos, y que os facilité en posts pasados, han sido falsificados; como si lo que está colgado en la red desde hace una decena de años fuese susceptible de ser manipulado. Claro que, según él, quien ha realizado la falsificación también ha falsificado sus E-mails. Inverosímil, porque por mucho que lo hubiese intentado nunca hubiese podido hacerlo: es imposible que una persona medianamente culta e instruida, y Marcelo es muchísimo más que éso, pueda, por mucho que se empeñe, pegar semejantes patadas al castellano y cometer la retahíla de errores ortográficos con los que puede llegar a ser capaz este analfabeto de sembrar un correo electrónico. Me pregunto si el asunto de las falsificaciones no serán unas proyección más, que algo puedan tener que ver con su despido justificado y procedente en el banco en que, casi por caridad, lo soportaron hasta que no pudieron más. Pero de ésas y otras proyecciones relacionadas con el parasitismo, conservatorios, alumnas, violenchelos, otros delirios semejantes, y muchísimas más, seguiremos hablando en próximas entradas. Para terminar, y que no todo le resulte hostil y negativo, reconocer que por primera vez hemos encontrado una verdad entre tanto cúmulo de mentiras. No completa, claro, porque éso ya sería mucho pedir. Falla en el relato de cómo se desarrollaron en sí los hechos, pero no miente cuando dice que Opsen bajaba los ojos, y miraba hacia abajo, cuando se lo topaba en Madrid en San Isidro de 2007. Normal, quienes conozcan al Maestro Fortín y a este repelente sujeto saben que con los ciento noventa y muchísimos centímetros de estatura de aquel, que superan sin exagerar demasiado, a grosso modo, y en número redondos, en medio metro a la talla del patán paranoide, o directamente paranoico, no lo podía mirar de otra manera.
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2 comentarios:
Hola. He enviado este cometario al blog del kalikatres pero me dice que no me publicará ninguno más. Además me manda para acá para que lo publique y aquí estoy. Si te apetece lo publicas. Es una respuesta al pos que me dedica (Curioso) pero en el que no me deja responder.
“Hombre que mal agradecido eres. Te mueres por que te contesten y todos pasan de ti olímpicamente, y a mi que entro a animarte para que hagas públicos los datos que tienes me insultas. Por lo visto tienes mucha información y es bueno que la publiques, a menos que te bases solamente en tu palabra, que como te he dicho varias veces, no vale nada, o en lo que dices que te han contado las mismas personas a las que difamas. En ese caso no. Pero si tienes PRUEBAS, adelante. Lo demas es enredarse en las propias mentiras.
CURIOSISIMO
Bueno, es que como ya te habrás percatado no es muy partidario de que le lleven la contraria. En tu caso, no te conoce, no sabe quien eres y no tiene ninguna referencia tuya y, por tanto, al no poder difamarte y hacerte blanco de sus iras, desacreditándote ante los demás, actúa de la única forma represiva que tiene a su alcance: te lanza algún insulto, te censura y te retira el uso de la palabra.
Y, ¡fíjate!, lo único que has hecho con absoluto sentido común, y total corrección, es pedirle algo que dice poseer y que, mostrándolo, le iba a beneficiar a él porque podía conseguir elevar, aunque fuese mínimamente, su nula credibilidad. Simplemente le has solicitado que aporte alguna prueba de que aquello que, tan desesperadamente, se empeña en mantener tiene algún viso de verosimilitud. Pero, claro, la reacción es la misma que la de un gato al que se le pisa la cola, ya que éso, como bien has comprobado, es tanto como mentar la soga en casa del ahorcado, por la sencilla razón de que nada hay de cierto en lo que dice y todo son puras patrañas y burdas invenciones. ¿Tú crees que a estas alturas si tuviese algo que poder demostrar -por pequeño que fuese- no lo hubiese sacado ya a la palestra sin necesidad de que nadie se lo pidiese?. Imbécil ya ha acreditado serlo hasta límites insospechados, no tiene sentido del ridículo, tampoco conoce la dignidad, carece por completo de pundonor y de amor propio, y su autoestima se debe encontrar más abajo que el subsuelo, pero a pesar de todo ello si hubiese tenido, aunque fuese remotamente, alguna cosa parecida a una prueba ya se hubiera encargado de airearla a los cuatro vientos.
Y que conste que si publico tu comentario no es porque me pueda apetecer o dejar de apetecer hacerlo. Lo hago porque, manteniendo una línea correcta y respetuosa hacia los demás, aquí siempre podrás expresarte y dar tu opinión con completa libertad y porque pienso que eres una persona razonable que trata de encontrar la verdad aunque, quizá, empezaste a buscarla en el sitio equivocado.
Un saludo.
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