Si alguien ha tenido estómago suficiente para entrar en la pocilga donde se revuelca a sus anchas, entre sus propios excrementos, el zafio oligofrénico a quien hemos dedicado las dos entradas de Proyecciones y ha observado su reacción ante las mismas, se habrá podido percatar que no ha hecho otra cosa que corroborar punto por punto, y coma por coma, lo que en las mismas expuse, como si de un argumento más por mi parte se tratase. Una retahíla de insultos infantiloides, que intenta disfrazar de adultos dándoles un marcado carácter grosero cayendo, en muchos casos, en lamentables obscenidades sólo equiparables a su sucio cerebro; una especie de cita no se sabe si para que nos batamos en duelo frente al Kursaal donostiarra el próximo sábado a los doce del mediodía, y una serie de estupideces propias de un retrasado mental, que fluyen incontinentemente, y sin ton, ni son; conjeturas camufladas con un pretendido trasfondo político tan absurdo como falto de la más mínima consistencia, con las que según él argumenta, reivindica y se reafirma en alguna de sus falsas acusaciones, difamaciones y calumnias.
No voy a entrar al trapo de sus agudísimos y originales insultos, porque me resbalan por completo y el pobre necio, además, no se da cuenta que, profiriéndolos, más que insultarme a mí se insulta a sí mismo dejando públicamente más al descubierto, si cabe, su condición abyecta y miserable. Tampoco voy a acudir a ninguna cita, en la que se me reta no sé a qué, aunque sospecho que lo que busca este cretino es que un día a alguien se le vaya la mano y le sacuda cuatro hostias para poder denunciar y, como está muy feo pegar a un minusválido, sacar una indemnización con la que poder seguir ejerciendo de parásito social y tirar una temporadilla de gorra a costa del prójimo. Además, los sábados a esas horas tengo por costumbre tomarme unas cañas en compañía de una gente bastante más agradable y mucho más interesante que semejante piltrafa humana.
En donde sí voy a entrar (si estáis leyendo los documentos intercalados entre estos párrafos comprobaréis que ya he entrado), porque ya resulta delirante, es en su persistencia de seguir manteniendo sus difamaciones sobre Marcelo Fortín. A estas alturas cualquier persona normal, usuaria de una mente medianamente despejada, ya habrá colegido quién miente y quién dice la verdad, pero vamos a argumentar, algo que suele decir que hace el estulto calumniador y que, incluso, se permite proclamar que ha hecho en su último post. El inculto delincuente -por ser, entre otras cosas, un auténtico chorizo del honor ajeno- utiliza como aplastante argumento, que para colmo se atreve a calificar como prueba irrefutable, el parentesco “carnal” fácilmente comprobable de Opsen con Bobby Deglané, locutor chileno popularísimo en España en las décadas de los 50 y 60, estrella indiscutible en la cadena S.E.R. y posteriormente en T.V.E. y parece ser que de ideas no, precisamente, democráticas. Aduce para ello, en el colmo de la más feroz gilipollez , que existió una relación entre ambos cuando los dos, uno desgraciadamente exiliado, el otro residente en Madrid, coincidieron en España en los años setenta. Partimos de la base que Marcelo jamás ha negado, ¿por qué iba a hacerlo?, estar emparentado con quien fue maestro de las ondas, aunque sí ha matizado que su parentesco no era directo, en primer grado, algo que, obviamente, carece en cualquier caso de importancia. Pero, ¿alguien en su sano juicio puede con semejante premisa acusar de torturador y colaboracionista con la dictadura chilena a nadie por ello?. ¿Es qué todos los miembros de una familia tienen que tener la misma ideología y pensar de idéntica manera y no puede existir una relación civilizada entre ellos por encima de las posturas políticas que puedan defender?. Evidentemente, los documentos que acompañan al post, escogidos al azar entre las, aproximadamente, 705 entradas que figuran en Internet –todas en el mismo sentido- pienso que dejan, suficientemente, las cosas en su sitio. De cualquier forma, y por si hubiera dudas (que, a buen seguro, este miserable fulano tratará de sembrar) más abajo incluiré los enlaces, donde se pueden leer íntegros, para que cualquiera pueda comprobar la autenticidad de los mismos y que lo que aparece en los pantallazos no está, en ningún caso, sacado fuera de contexto.
Ahora continuará, en su lastimoso infantilismo, haciendo como los niños pequeños cuando son pillados in fraganti cometiendo alguna travesura: primero tratará de negar la evidencia y luego esgrimirá otra serie de mentiras tan inconsistentes e imposibles de sostener como la que acabamos de, definitivamente, desmontar. Pero es lo que estos torpes embusteros tienen por costumbre, sostenella y no enmendalla, porque cuentan con que, a veces, una mentira mil veces repetida puede llegar a convertirse en realidad. ¿Quién puede dar el más mínimo crédito a esta escoria después de ver lo que lleva intentando mantener desde hace varios años de una persona decente sabe Dios por qué bastardas razones?. Sólo gentes de su misma calaña, tarados, inmorales sin ningún tipo de escrúpulos o deficientes mentales, pueden seguir haciéndole el juego y fomentándole sus delirios de conspiraciones, complots, confabulaciones mafiosas, lobbys y otra serie de imbecilidades de similar jaez. Pero de estos últimos disparates, y algunas otras historias más, seguiremos hablando en próximas entregas de Proyecciones.
_________________________________________________
PUNTUALIZACIONES Y PREGUNTAS
El documento de más arriba corresponde a una biografía de Aparcoa, mítico grupo de folk chileno fundado a finales de los 60 que tras el golpe de Pinochet, y junto al no menos mítico Quilapayún, hubo de exiliarse en Europa, donde, además, de actuar en un sin número de países, luchó activamente por la vuelta de la democracia a su país, y del que como se puede comprobar formó parte Marcelo Fortín.
El de en medio pertenece a una reseña publicada en Emol, página On Line del Diario El Mercurio de Santiago de Chile, publicada en junio de 1997 y firmada por Federico Heinslein.
El documento de más abajo es un extracto de un artículo publicado en junio de 2003 en La Revista Musical Chilena, sección Tribuna, dentro del capítulo Música en el exilio, firmado por Gustavo Becerra Schmidt.
Y, ahora dos preguntas. ¿Alguien me explica cómo se puede estar exiliado y dando conciertos en Europa y al mismo tiempo colaborando y torturando con Pinochet en Chile?. ¿Cabe en la cabeza de nadie que tras recién recuperarse las libertades en Chile se invite a un torturador y colaboracionista de la dictadura a dirigir la Orquesta Sinfónica Nacional de ese país?.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Me parece genial que escriba usted toda la verdad que cuenta en las proyecciones. Si poca o ninguna credibilidad tenía el cenutrio antes de estas proyecciones, desde luego ahora, ya está más que claro lo que es, por si a alguien le quedaba alguna duda.
Siga contandonos por favor.
Un saludo de alguien que le aprecia y le valora mucho lo que está haciendo pero que prefiere seguir en el anonimato.
Publicar un comentario