jueves, 17 de julio de 2008

DOS INCISOS

Dos pequeños incisos entre una entrega y otra de Proyecciones. El primero para comentar la declaración de Jaime Jiménez Arbe, más conocido como “El Solitario”, que se ha definido como anarquista y ha negado, al margen de su participación en el asesinato de dos guardias civiles en Castejón, que él fuese atracador de bancos. Ha reconocido, eso sí, que procedía a expropiarlos en actos que califica como “antisistema” y que conllevan, además, componentes de acciones directas contra el capitalismo. Un cinismo, el suyo, que hasta incluso podría hacer esbozar una sonrisa si sus fechorías no hubiesen puesto en peligro muchas vidas y llevado el luto, si se confirma su autoría, a varias familias. Cualquier día el reventa psicópata, cuya siniestra, estrábica y repulsiva mirada tanto recuerda a El Dioni, lo mismo nos sorprende, también, declarándose ácrata y tratando de convencernos de que él nunca se ha dedicado a insultar, difamar, calumniar o levantar falso testimonio a nadie y que, en realidad, lo que ha hecho ha sido expropiar el honor y la buena fama de unos ciudadanos decentes que, a fin y al cabo, nadie sabe para qué coño los querían.

El segundo, muy breve, para hacer notar que he recibido ya varios comentarios en los que se intenta lavar una serie de trapos sucios de una determinada Asociación y se busca reavivar una polémica suscitada en su momento por la acémila analfabeta de todos conocida. Algunos, bastante elevados de tono, no les he publicado y aconsejo que para enfrascarse en ese tipo de discusiones, máxime si se utiliza un discurso grosero, es mejor dirigirse al foro de la citada Asociación o al vomitivo blog/basura del sembrador de discordias. Muchas gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

por la boca muere el pez señor Betialai!.
Cada uno se expresa como en realidad es; el que es grosero, pues en grosero se expresa,porque no lo sabe hacer de otra forma, el que es educado y culto así se expresa. Cada cual se dibuja a sí mismo con sus formas y sus expresiones.

Saludos cordiales

La Princesita de Albal